jueves, 3 de mayo de 2012

LA CRUZ DEL INGLES


 Las famosas Guerras Napoleónicas desarrolladas lo largo de toda Europa, y en concreto la Peninsular War, supusieron la incorporación al ejército de cientos de miles de británicos cuyas vidas apenas dejaron huella en la historia oficial, pero que al conocerlas y tenerlas en cuenta podríamos sin duda recomponer el espíritu de toda una época.
 El caso que nos ocupa es el de uno de esos militares británicos de los que no hablan los grandes cronistas. Un nombre propio que, a pesar de no evocar la gloria de Wellington ni la fama de Graham, terminó salvándose casualmente del inevitable olvido al que estaba abocado. De hecho, al menos de alguna manera todavía es recordado en Alcalá de Guadaíra, la pequeña ciudad del sur de España donde fueron a reposar sus restos.
 Si no hubiera fallecido a consecuencia de la toma de Sevilla en1812, el teniente coronel John Scrope Colquitt, de treinta y siete años, que mandaba la light company del 3er. Batallón del 1st. Regiment of Foot Guards, quizás hubiera tenido su propio protagonismo en las famosas acciones bélicas que se desarrollaron después. Eso desgraciadamente nunca lo sabremos. No obstante, no sería descabellado imaginar que, de no morir, pudiera haber ganado los laureles de la fama en Waterloo, por ejemplo, como sí lo hizo su primo el capitán Goodwin Colquitt, de su mismo regimiento, en aquella heroica acción que protagonizó cuando devolvió a los franceses una granada enemiga, como si de una pelota de cricket se tratara, salvando a decenas de sus hombres.
Pero el teniente coronel Colquitt, al contrario que su primo, no pudo llegar a Waterloo; su nombre jamás trascendió de las interminables listas de bajas en el frente de España. Al menos, a diferencia de la mayoría de sus compatriotas caídos en combate, tuvo la suerte de recibir una digna sepultura con una lápida loando su nombre y su heroica gesta final. Hecho que motivó que aquel lugar donde se enterró conservara desde entonces para los habitantes del pueblo la memoria de un extraño oficial inglés caído en combate.
Un pequeño grupo de historiadores locales pensamos hace algún tiempo que, entre otras iniciativas, la mejor manera de celebrar el bicentenario de aquel suceso sería arrojando un poco de luz sobre su protagonista. Los únicos datos que conocíamos de él eran los que contenía su epitafio, que para colmo, hacía décadas que había desaparecido del emplazamiento original y no se sabía su paradero o si ni siquiera seguía existiendo. Los anales históricos locales contaban que poco después de la liberación de Sevilla, a finales de agosto de 1812, las tropas inglesas que participaron en esta acción fueron destinadas a Alcalá de Guadaíra, tan solo distante unas pocas horas de marcha de la ciudad. En Sevilla permanecieron únicamente los heridos graves, como fue el caso del teniente coronel Colquitt. Aunque salió indemne de la batalla, incluso con el reconocimiento expreso a su arrojo en el parte de guerra correspondiente, sufrió al concluir la lucha un serio ataque de fiebre como consecuencia de la fatiga y de las altas temperaturas de aquel día. Finalmente murió después de una semana de convalecencia y, cuando la noticia llegó a Alcalá, su compañía reclamó el cadáver para rendirle los honores militares que se merecía. Los ingleses enterraron al teniente coronel Colquitt entre salvas y oraciones, bajo una sencilla cruz que se erigía a la entrada del pueblo. De esta manera acababa la peculiar historia sobre el origen de lo que desde entonces se conoció como La Cruz del Inglés.
Pero, ¿Quién era realmente este personaje al que hacía referencia un viejo topónimo local y cual fue su vida antes de llegar aquí?  John Scrope Colquitt nació el 31 de marzo de 1775 en Liverpool, en el seno de una familia de clase alta con una amplia tradición de funcionarios de aduana, regidores municipales y abogados. Su padre se llamaba John, su madre Bridget (de soltera Martin) y sus hermanos menores, Samuel Martin y Bridget. Se educó en Macclesfield y Rugby, y con diecisiete años fue admitido en el Trinity College de Cambridge. A pesar de que apenas había antecedentes familiares, por aquella época John, su hermano Samuel y el primo de ambos, Goodwin, abandonan sus estudios para servir en el ejército y en la marina. El 14 de mayo de 1794, John Scrope Colquitt, de diecinueve años, es recibido como Ensign en el regimiento más elitista y afamado de la infantería británica, el 1st. Foot Guards. Se casó con Jane Ane Lewin, hija del High Sheriff del condado de Mayo, perteneciente a una familia de terratenientes ingleses de la costa oeste de Irlanda y viuda del capitán Horsfall, con quién había tenido un hijo llamado Henry. Con ella tuvo a Georgina Mary y a Ernest August. orneys.
El teniente coronel Colquitt no tuvo mucho tiempo de disfrutar de su familia por culpa de la guerra. Durante los años 1806 y 1807, los 1st Foot Guards estuvieron en Sicilia. Seguidamente participaron en distintas acciones en Portugal y el norte de España hasta que, en marzo de 1810, embarcaron hacia Cádiz para apoyar la defensa de la ciudad ante el sitio francés. El 5 de marzo de 1811 John Scrope Colquitt participaba con su regimiento en la batalla de La Barrosa. Algunas fuentes militares británicas incluyen su nombre erróneamente entre los heridos en aquella acción, aunque en realidad fue su primo, el capitán Goodwin Colquitt, el que causó baja. De hecho, debido a la gravedad de su estado, este último fue evacuado a Inglaterra y no volvió a España hasta 1813, según cuenta él mismo en su diario. En cambio John, después de la batalla permaneció en Cádiz hasta el final del asedio. Precisamente durante esa larga estancia en la ciudad sitiada, se entretuvo dibujando una acuarela donde comparaba las bocamangas que llevaban los uniformes de los distintos ejércitos inglés y español. El dibujo está fechado en 1811.
Tras la retirada del asedio francés de Cádiz, un ejército integrado por españoles, británicos y portugueses se lanzó a la liberación de Sevilla, la ciudad más importante y poblada de todo el sur de España. El momento más decisivo de esta operación fue la llamada batalla del Puente de Triana, el 27 de agosto de 1812, en la que John Scroope Colquitt tuvo un papel destacado y fue de los primeros en atravesar el puente flotante sobre el río Guadalquivir que separaba las murallas de Sevilla del popular barrio de Triana. Fue su última batalla. El próximo 5 de mayo se inaugurará un sencillo monumento conmemorativo en Alcalá de Guadaíra, en el mismo sitio donde se enterró nuestro héroe. De este modo, una réplica de su lápida original volverá a darle vida y otorgará sentido para las sucesivas generaciones al viejo nombre de La Cruz del Inglés. .

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